Como cabía esperar, el partido fue muy igualado al comienzo, con Navarro y Reiter atacando y las campeonas esperando, haciendo su juego y buscando principalmente la esquina de Cecilia. Y esa constancia y trabajo desgastador dio sus frutos rápidamente, en el tercer juego, cuando rompieron el servicio de Reiter y consolidaron luego para sacar ventaja de 3-1.
Todo volvió a igualarse en el octavo juego, cuando las números 1 recuperaron el break en contra y se pusieron por primera vez por delante en el marcador (5-4) tras salvar una bola de rotura.
Con empate a 6 se llegó a la definición en el tie break y allí prevaleció la tranquilidad y mejor definición de Montes-Llaguno que llegaron a sacar una diferencia de 6-0.
El segundo set fue otra película. “Nos machacaron, jugaron muy bien” comentaba Icíar luego del encuentro. Y fue realmente así. Navarro y Reiter se jugaron al todo o nada, arriesgaron en cada golpe y la jugada les salió bien. Tres breaks de ventaja y un contundente 6/1 que obligaba a la definición en el moderno “súper tie break”.
Y otra vez las campeonas jugaron con mucha cabeza, sin desesperarse, olvidándose de lo ocurrido en el set anterior. Se pusieron por delante 3-0 y luego 5-2, pero poco a poco las diferencias se fueron acortando y las números 1 siguieron de largo, poniéndose con ventaja de 8-6, a sólo dos puntos del título. Esos dos puntos que tuvo con su servicio Carolina Navarro y que no supieron aprovechar, permitiendo la reacción de sus adversarias que con cuatro puntos consecutivos se llevaron el trofeo.
Están 1-1 y ya se palpita el tercer “round” dentro de una semana en Barcelona, con el permiso, obviamente, del resto de las parejas que aún parecen estar un escalón por debajo del nivel de estas cuatro “reinas” del pádel.
Fuente: Oscar Solé/PPT
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